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Prácticas Avanzadas de Yoga
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Nota:
Para las lecciones completas, con las adiciones, consulte los
libros de AYP de Lecciones Fáciles para la Vida
Extática.
Lección 18 -
Meditación
-
Buscando el tiempo
Autor: Yogani
Fecha:
28 de Noviembre 2003
Miembros
Nuevos: Se recomienda leer desde el principio de las lecciones principales
de AYP, las lecciones anteriores son un prerrequisito para ésta. La primera
lección es: "¿Por
qué esta discusión?"
Pregunta: La meditación es
muy relajante y deseo seguir mi práctica, pero hacerla dos veces al día es
bastante difícil para mí. Viajo mucho y tengo esposa e hijos que desean que
les ponga atención cuando estoy en casa. El tiempo que me queda es poco. ¿Qué
me sugieres?
Respuesta: Los que tenemos familias, responsabilidades, vidas ocupadas
tenemos una ventaja cuando encontramos el tiempo para la meditación. Esta
ventaja radica en que la evolución hacia la iluminación depende de nuestra
regular interacción entre estar concientes y el quehacer diario. ¿Cómo
conocer la verdadera naturaleza del mundo si no estamos en él y podemos
equilibrar el dichoso silencio de la meditación con nuestras actividades
diarias?
El meollo es hacer el tiempo para nuestras dos meditaciones diarias y
recibir los beneficios de ello. "Hacer el tiempo" es una prueba del deseo,
la dedicación hacia las posibilidades que radican dentro de nosotros. Es una
prueba que afrontamos día a día. Hacer las cosas que queremos requieren de
disciplina. Honestamente no es un asunto de cuanto tiempo tenemos o no. El
asunto está en decidir que tan importante es para nosotros y hacer lo que
sea necesario para tener el tiempo.
Nadie te puede decir que es lo más importante para ti. Solo tu lo sabes.
Está enteramente en tus manos, la opción es tuya. Y sabes que tienes una voz
interna. Algo que siempre te impulsa a experimentar más y más. La semilla
quiere crecer y convertirse en un árbol fuerte lleno de fragantes y bellas
flores. Quiere y debe crecer. Todos somos llamados por esa evolución que
reside dentro de nosotros. No importa que más suceda en nuestra vida, el
deseo está ahí dentro. No sólo para nosotros; lo está para todos. Les hacemos
un gran servicio a los demás si nos decidimos a cultivarlo. Primero
favoreciendo el crecimiento de ese deseo y después haciendo prácticas que de
manera natural hagan aflorar la paz y dicha que reside dentro de nosotros.
Dado lo anterior, se abre un espacio para practicar la meditación. Ahora las
consideraciones prácticas. ¿Cómo hacer el tiempo? Es bastante mundano. ¿Cómo
hallamos tiempo para cepillar nuestros dientes, bañarnos, comer
nutritivamente, lavar los platos, pagar las cuentas y sacar la basura? Son
cosas que hacemos porque sabemos que deben hacerse. Las hacemos porque
sabemos que si no las hacemos la vida se convierte en un desastre, un caos,
nos sentimos muy mal. Podemos de dejar de hacer algunas cosas de estas por
un tiempo, pero tarde o temprano tendremos que ponernos al día. Las personas
que meditan regularmente, desarrollan una actitud similar. Saben que hay que
hacerse cargo o el resultado deseado no aparecerá y su vida no será todo lo
que puede ser. Sobre meditar, llegan a la misma conclusión que la que
tienen sobre lavar sus dientes, bañarse o sacar la basura. Entonces hacen de
la meditación un hábito.
¿Qué hacer cuando las circunstancias hacen que una práctica de meditación
parece imposible? Estás en un avión a las cinco de la tarde y te falta una
hora para llegar a casa. No es un real acertijo. Medita en el avión. ¿Y el
ruido, la turbulencia? Nada de eso importa. En la meditación tratas a todo
lo demás como distracciones del mantra. Regresa con suavidad al mantra
cuando te des cuenta que estás en tus pensamientos, en el ruido o en los
movimientos que te circundan. No es difícil meditar en aviones, trenes,
autos (¡No manejando!), salas de espera, donde sea donde y que por un rato
no requieras interactuar con otros Desde luego que es mejor que lo hagas en
el lugar que has escogido en casa. Pero en una espera para una cita si
tienes la oportunidad, hazlo.
Si no te es posible meditar en tu hora habitual, considera hacerlo a otra
hora del día, quizás más tarde o más temprano. No hagas el hábito de meditar
antes de dormir, pero es mejor que no hacerlo. Es preferible hacer una
actividad cotidiana después de meditar. El proceso de purificación da
mejores resultados estando despierto que dormido. De hecho meditar antes de
dormir puede mantenerte despierto por un rato. Pruébalo alguna vez y ve los
resultados.
Supón que llegas a casa desde el trabajo y te enteras que tendrás una cena
con unos amigos en media hora. Estabas preparado para tu meditación y
necesitas más de media hora para tu práctica. ¿Qué haces? Siéntate y medita
por cinco, diez o quince minutos. Toma el tiempo que tienes y úsalo de la
mejor manera posible. Date el tiempo para descansar después de la meditación
y después ve a tu cena.
Hay cientos de formas de hacer tiempo para meditar si es que de verdad
quieres hacerlo. Pero no hagas un hábito el hacer huequitos para meditar. Si
planeas con anticipación, tendrás el tiempo suficiente el noventa y nueve
por ciento de las veces. Cuando sale algo inesperado, siempre encontrarás el
tiempo para sumergirte por un rato en la conciencia pura. Esto te ayuda a
cultivar el hábito de la meditación. Te da una infusión de paz y dicha. Cada
pedacito de meditación es un gran paso adelante.
Tu éxito estará en querer y en hacer tu mejor esfuerzo para llegar a tus
objetivos cada día. Si lo haces, ciertamente mejorará tu vida. Es una de las
mejores cosas que puedes hacer por tu familia. En el largo plazo una magia
invisible también trabajará sobre sus vidas. Los resultados visibles serán
evidentes.
El gurú está en ti.
Nota:
Para obtener instrucciones detalladas sobre
meditación
profunda, vea el
libro
de
AYP
de Meditación
Profunda.<
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